«Historias de agua y cuidados en el Anáhuac» es una colección de historias de mujeres que habitan la zona metropolitana del Valle de México y retrata los retos y dificultades que viven cuando cuidan en zonas con limitado acceso al agua y que también sufren los efectos del cambio climático. Las historias son contadas por producida por MUDECI (Mujeres, Democracia y Ciudadanía A.C.), organización miembro de la Plataforma Feminista por la Tierra y Territorios (FLP). El presente recuento se pasa en Santa Cruz Amalinalco, Chalco, Estado de México.
Cuidar bajo aguas negras
Corría la noche del 23 de agosto cuando Viridiana despertó abruptamente. El agua se estaba filtrando en su vivienda, y brotaba del piso. Era agua de lluvia y el nivel subió casi 10 centímetros.
Cuando ella ya se disponía a realizar sus actividades cotidianas, como es el llevar a su hijo a la escuela. Se percató de que había caído una lluvia atípica durante la noche, lo que había provocado que se inundaran las calles. Estas se encontraban intransitables, el agua había subido unos 60 centímetros.
De primer momento, no se preocupó, pensó que vendrían en apoyo el Ejército y la Guardia Nacional, como había ocurrido en las colonias Culturas de México y San Miguel Jacalones. Sin embargo, hasta la fecha en que concedió esta entrevista, el 08 de septiembre del año en curso, la ayuda todavía no llegaba.
Hasta ahora sabemos según el relato de Viridiana, que en algún momento un funcionario del Estado de México “fue de rápido a echar un ojo”, y que Viridiana se atrevió a preguntarle ¿cuándo iban ayudarles?, la respuesta fue: “Como se les va apoyar, si no pagan impuestos”.
A lo que ella dijo “Nuestra colonia efectivamente no paga predio, ni agua, ya que no contamos con servicios, y es irregular”.
Pero aquello tiene una historia, y es que de acuerdo con Viridiana su madre y ella llegaron hace 6 años buscando forjar un patrimonio para sus hijos y compraron el espacio en el que habitan “de buena fe, no somos paracaidistas o invasores, la autoridad permitió que nos asentáramos en esta zona”.
Toda esta cuestión de la inundación dice Viridiana “ha trastocado sus vidas, y jamás pensó que tendría que organizarse con sus vecinos para sacar del agua ratas, topos y perros que murieron ahogados durante la inundación, con olor fétido que era insoportable, ya que el agua de lluvia se mezcló con las aguas negras que salían de las fosas sépticas. Lo que ocasionó que los moscos empezaran a reproducirse por miles y hubo a vecinos a quienes picaron y se infectaron esas picaduras. Cuando me metía a sacar los perros, ratas, topos, ahogados el agua me llegaba a la cintura tenía que meterme sin infectar o me pasara algo, dejé de hacerlo”, narra Viridiana.»
«La organización como colonia no ha sido fácil, han tenido que enfrentar a personas que han querido sacar raja política de esta tragedia. Mientras las mujeres se han organizado para hacer una cooperación para comprar cascajo y rellenar algunos caminos comunes, también compraron 2 bombas que les costaron 20,000.00 pesos para poder sacar el agua, y aun así estas fueron insuficientes.
Cuando por fin el Organismo Público Descentralizado para la Prestación de los Servicios de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (ODAPAS) mandó una bomba de mayor potencia, quienes se encontraban a cargo de esta bomba pidieron que hicieran guardias de noche para cuidar que no se la robaran, pero el reto era difícil pues solo queda imaginar por un momento lo que es cuidar una bomba donde no hay alumbrado público y que además está inundado y no cuenta con seguridad pública; las mujeres que son las que encabezaban esta lucha, se exponían a recibir un ataque a su integridad física. Viridiana solo aguantó 2 noches.
Además, varios días no hubo acceso a alimentos, las tiendas cercanas cerraron por la emergencia, pues en el lugar las personas van al día, y con lo sucedido no tenían para comprar una despensa. Viridiana, por su parte comenta ‘yo trataba de no utilizar el agua para preparar alimentos y para bañarme y bañar a mis hijos, tenía terror de que el agua se saliera de la fosa séptica, ya que esta estaba hasta el tope, no nos bañamos en varios días; con esta situación lavar la ropa era inconcebible tuve que disponer casi del 50% de mis ingresos para salir a lavar la ropa fuera de la colonia’.
Para las demás ha sido de igual forma complicado subsistir, ya que como sostiene Viridiana, su vecina Mary aún tiene su casa inundada y en los primeros días tuvo que desprenderse de su hijo e hija ya que el lugar no era propio para vivir; ahora una vecina le prestó un espacio para vivir y ella piensa en cuánto tiempo podrá vivir allí y si tendrá que pagar renta en un futuro, sus ingresos son pocos ella vende fruta, dulces y frituras en su triciclo afuera de una escuela. Otro vecino que tiene que dializarse se tuvo también que ir por temor a que se infectara su catéter.»
Las mujeres enfrentan una doble jornada cuidar a su familia y comunidad, Viridiana manifiesta ‘me siento agotada; ahora tengo que llevar doble muda de ropa para mis hijos cuando salen a la escuela, ya que el lodo todo lo ensucia, además, tengo que cargar a mi hijo para que llegue con su uniforme y zapatos limpios a la escuela. Por eso llevo una mochila con ropa para cambiarlo en caso de que se ensucie, y la ropa se apila por montones y la pipa de agua no ha pasado porque se puede atascar en el lodo’.
¿Qué esperan del Gobierno? Nada… si en tantos días no han venido no creo que lo hagan, esperamos que dios nos ayude.
Necesitamos apoyo técnico porque creo que las bombas solo están circulando el agua y no la están sacando, el bactar ha sido insuficiente; necesitamos cascajo para subir el nivel de las calles, una jornada médica y de sanitización porque el olor fétido aún persiste, necesitamos que se fumigue hay muchos moscos, tenemos zozobra porque la colonia está debajo del nivel del canal de aguas negras como unos 2 metros, si se desborda no quiero pensar lo que va a pasar.”
El cambio climático afecta a las mujeres y a los hombres de manera diferente, y el trabajo de cuidados recae en ellas de forma desproporcionada. Para las mujeres que enfrentan un desastre climático como en el caso de Viridiana, sus jornadas de trabajo se duplican ya que no solo deben proporcionar cuidados a sus familias sino también a sus comunidades, esto agrava la desigualdad de género existente y plantea amenazas únicas a sus medios de vida, salud y seguridad.
El cambio climático y los desastres ponen en peligro la salud de las mujeres y las niñas, dado que restringen sus posibilidades de acceder a los servicios y la atención médica, además de aumentar los riesgos relacionados con la salud infantil y maternal.
Tras las inundaciones en Chalco y Valle de Chalco, el foco mediático se centró en las colonias Culturas de México y San Miguel Jacalones. Pero hubo otras colonias que también estaban viviendo los efectos de las inundaciones como la colonia Santa Cruz Amalinalco, lugar donde vive Viridiana y que esperan que sus historias sean escuchadas.
Las inundaciones en Chalco y Valle de Chalco nos cuentan una historia de pobreza, marginación y desigualdad en la construcción del México moderno.
Esta área a inicios del siglo XX, era un lago que con el tiempo empezó a poblarse por la migración interna que vivió el país en la década de los sesentas, que empezó a poblarse de personas que llegaban de las áreas rurales del centro y el sur del país en busca de oportunidades laborales y vivienda de bajo costo.
Orillados por la pobreza se vieron en la necesidad de poblar una zona propensa a las inundaciones, con el contubernio de autoridades locales, estatales y federales que lucraron con la necesidad de vivienda de las personas; más de medio siglo después los habitantes de la región siguen esperando que sus comunidades sean dotadas de servicios públicos de calidad.
El cambio climático es una realidad y las personas más pobres siempre serán las más afectadas y de entre ellas las mujeres, niñas y niños porque las instituciones y los gobiernos locales pueden no tener la capacidad para responder de manera efectiva a los desafíos planteados por el cambio climático.
Créditos:
Entrevistada: Viridiana Hernández Mendoza
Corrección de estilo: Aura Angélica Pérez Arroyo
Elaborado por: Elsa María Arroyo Hernández – Mujeres, Democracia y Ciudadanía A.C.