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MUDECI: mujeres resistiendo los efectos del patriarcado en México

¿Conoces el trabajo de MUDECI (Mujeres, Democracia y Ciudadanía A.C.), nuestra organización miembro de México? Entrevistamos a su coordinadora general, Elsa María Arroyo Hernández, quien nos compartió la historia de la organización, sus principales áreas de trabajo y las estrategias que adoptan para enfrentar los desafíos. Para más información sobre MUDECI, ingresa a su sitio web y lee nuestro artículo sobre sus mejores prácticas de resiliencia.

¿Puedes contarnos brevemente la historia de la organización?

Nuestra organización se constituyó legalmente en el año 2013 con un grupo de compañeras de la universidad y activistas en el Comité Nacional Independiente Pro-Defensa de Presos, Perseguidos Desaparecidos y exiliados de México. Desde muy jóvenes nos hemos incorporado al activismo civil en México y hemos apoyado las causas más sentidas de la población. Ahora lo hacemos bajo la figura legal de asociación civil, organizadas en MUDECI (Mujeres, Democracia y Ciudadanía A.C.). Sin embargo, es importante decir que nuestro trabajo como activistas viene desde hace más de 37 años.

Somos una organización de la sociedad civil integrada por mujeres que contribuye al mejoramiento social del país, promoviendo el respeto a los derechos humanos de las mujeres y las niñas, así como la construcción de ciudadanía para el fortalecimiento de la democracia.

¿Cuáles son las principales líneas de trabajo de la organización?

Las principales líneas de trabajo de la organización son tres: resiliencia comunitaria climática, empoderamiento económico y prevención de la violencia en contra de las mujeres y las niñas.

En la línea de la resiliencia comunitaria climática fomentamos prácticas agroecológicas y huertos urbanos para la seguridad alimentaria por medio del proyecto “Sembradoras de Esperanza: Huertos Urbanos para la Seguridad Alimentaria y la Resiliencia Comunitaria Climática”, que está enfocado en el conocimiento de las prácticas locales, la promoción de la agricultura urbana, la implementación de la producción de alimentos a pequeña escala y la generación de resiliencia comunitaria y climática. Además, empodera a las pequeñas productoras y a sus comunidades como agentes clave para el cambio. También recatamos la riqueza alimentaria prehispánica a través del evento gastronómico y cultural Festival del Quelite. Además, denunciamos la captura política del agua y su impacto en la vida de las mujeres. Por esta razón solemos decir que el agua tiene rostro de mujer.

En el combate a la violencia contra las mujeres nuestro trabajo está centrado en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas. Hacemos recorridos urbanos para detectar zonas inseguras para mujeres y niñas y tenemos un programa de capacitación, acompañamiento e intervención territorial para brindar los primeros auxilios legales y psicológicos víctimas de violencia en el Municipio de Ecatepec, que se llama Brigadas Violetas. En él, hicimos un diagnóstico comunitario en cuatro colonias utilizando la metodología de la Organización de las Naciones Unidas sobre ciudades seguras y ganamos la Beca Voces Vitales Contra la Violencia. Estas colonias tienen un alto grado de marginación social, violencia comunitaria y carecen de servicios básicos. El proyecto tiene como objetivo generar redes de apoyo dentro de las comunidades que brinden acompañamiento, asesoría y contención a mujeres víctimas de violencia.

En el empoderamiento económico trabajamos con mujeres sobrevivientes de violencia y las capacitamos para el trabajo a través de nuestro proyecto económico Lonchito, que brinda servicio de alimentación a empresas y organizaciones de la sociedad civil. Los productos son elaborados por mujeres que participan en nuestros talleres de capacitación para el trabajo, lo que permite que tengan un ingreso que refuerza su autonomía económica. Eso contribuye a la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas, favoreciendo su autonomía para romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza de las mujeres.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta MUDECI y cómo resisten y se organizan?

Un gran desafío que enfrentamos como organización es que en los últimos años en México no hay apoyos económicos para las organizaciones de la sociedad civil. Además de esto, no se considera a las organizaciones de base como sujetas para recibir financiamiento e implementar proyectos de cooperación técnica. Es común que exista la percepción de que las organizaciones comunitarias de base somos proyectos y no agentes de cambio.

En este escenario, nosotras siempre le hemos apostado más a la sostenibilidad de la organización en lugar de depender de financiamientos por parte de alguna entidad, y por eso tenemos nuestro proyecto económico Lonchito. Además de empoderar a las mujeres, las ganancias de este proyecto también son destinadas a los diversos programas de nuestra estructura, contribuyendo a la sustentabilidad de nuestra organización.

Tener el proyecto Lonchito como parte de nuestra sustentabilidad durante hace más de 11 años nos ha permitido tener independencia con respecto a los proyectos que implementamos y a nuestras posturas políticas, ya que no requerimos de financiamientos gubernamentales para nuestras actividades

Otro desafío es la mercantilización de los sistemas alimentarios, que junto a otros factores conlleva a la inseguridad alimentaria de muchas comunidades. Por eso el proyecto Sembradoras de Esperanza, que consiste en el desarrollo y mantenimiento de huertos urbanos, es también una forma de resistencia.

Con este proyecto promovemos el fortalecimiento comunitario, la mejora del paisaje, la habitabilidad urbana, el ocio, la educación ambiental, el uso del agua de la lluvia y la apropiación de los espacios públicos, además de fortalecer el entendimiento de que el derecho a la tierra es clave para preservar los diversos sistemas alimentarios locales.

¿Cómo la Plataforma Feminista por la Tierra y los Territorios contribuye al trabajo de MUDECI?

La incorporación a la Plataforma Feminista por la Tierra y los Territorios (FLP) es muy importante para MUDECI porque nos visibiliza a nivel internacional, y también tiene un impacto en el trabajo local y nacional que nuestra organización realiza en México. Desde nuestra incorporación nos invitan a eventos, algunas compañeras y organizaciones nos piden opinión sobre asuntos que les afectan, y si postulamos a consejos técnicos de dependencias gubernamentales tenemos más posibilidades de ser aceptadas.

Pocas organizaciones de base como la nuestra tienen la oportunidad de pertenecer a una red internacional como lo es la Plataforma, lo que nos permite visibilizar el trabajo y también nos da renombre.

Asimismo, la FLP para nosotras ha representado conocer la trayectoria de quienes la integran. Hemos tenido muchos intercambios de experiencias, pero también de asesoría técnica al conocer del trabajo de las otras compañeras. Ese proceso nos brinda con una visión más amplia y posibilita que ahora tengamos una mirada global del trabajo que realizamos.

Gracias a la FLP logramos también participar en eventos internacionales. Consideramos que es una forma de capacitarnos y prepararnos, y esto nos permite conocer experiencias de trabajo de otros países. Para nosotras eso es importante porque nos permite revisar los proyectos que implementamos a nivel local en nuestras comunidades para fortalecerlos, ampliarlos y corregir lo que no se esté haciendo de la mejor manera.

El apoyo económico que nos posibilita la FLP ha servido para consolidar nuestras prácticas y también para sistematizarlas, tenerlas escritas, en video, etc. También ha sido muy importante porque ha permitido avanzar y visibilizar los proyectos que tenemos en México, como es Sembradoras de Esperanza. Con este apoyo, el proyecto ha ido ampliando su ámbito de acción y nos ha permitido ir involucrando más acciones.

Hasta el momento, más de 100 niñas y niños, 120 mujeres y 12 hombres fueron capacitados en prácticas agroecológicas, cunicultura y gallinas de libre pastoreo y duplicamos la meta de servir 1,500 comidas de bajo costo en nuestra cocina comunitaria. El proyecto fue seleccionado por el International Institute for Environment and Development (IIED) como un caso de estudio.

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